Aunque existe hace millones de años y en el antiguo Egipto lo usaban casi a diario; hoy en día, con tantos productos en el mercado, a menudo, nos olvidamos
de él.
Es verdad que si hablamos de aceites naturales, el primero que nombramos es el de coco y ya todas conocemos sus bondades. Vale aclarar, en primer lugar -para que no se confundan-, que su traducción no es aceite de castor, sino de ricino. Se obtiene de la planta Ricinus Communis. En segundo lugar, es más espeso que otros aceites. Esto es por su alto contenido de Vitamina E, convirtiéndolo en un GRAN aliado del pelo. Tercero: ¡es solo para uso externo!
Este aceite estimula el crecimiento del cabello, repara sequedades y ¡lo nutre de raíz a punta! El aceite de ricino es alto en ácido ricinoleico. Este es un agente natural antibacteriano y antifúngico muy eficaz. Puede ayudar a erradicar cualquier tipo de hongo o bacteria que pueda inhibir el crecimiento del cabello. Así que, si estás con algún problema de estos, ¡no dudes en intentarlo!
¿Cómo usarlo?
Como es tan espeso, lo recomendable es que mezcles tres cucharadas de aceite de ricino con una de algún aceite que tengas (Argán, coco, jojoba, etc). Con el pelo húmedo, divide desde la raíz secciones de pelo y coloca algunas gotas sobre el cuero cabelludo hasta cubrir toda la cabeza. Masajéate bien para que se absorba el producto y lograr que cada poro tenga un poco. Si puedes dejártelo unas horas o toda la noche… ¡MUCHO MEJOR! Así, se absorberá todo y sentirás una diferencia realmente notoria. Además, vas a quitártelo con más facilidad. Para removerlo, si no lo logras con una o dos aplicaciones de champú, puedes empezar con una crema de enjuague. ¡Verás que es mucho más fácil!
¡Esperamos que lo prueben y puedan ver por ustedes mismas los enormes resultados de este regalo de la naturaleza!