Serán los ‘personal trainers’ y sus dietas a base de batidos insípidos; será el ‘punchi punchi’ de las clases de cardio o será esa sensación, lamentable, de “ir a sufrir”, en vez de a hacer deporte. Será, será, no lo sabemos, pero sí hay algo que tenemos claro (aunque suene un poco extremista) es que, amigos,el gimnasio no es lugar para un caballero. Y como el sofá, claro está, no es una alternativa a la altura, compartimos con ustedes una selección de opciones para quienes, como nosotros, ven el deporte como una liberación (y no como una condena) y, sobre todo, como una oportunidad para gozar cuidándose. Ahí van.
1. Yoga: no es sólo ‘cosa de chicas’.
“El yoga es un deporte para mujeres”. ¿Cuántas veces has escuchado esta frase? (quizás incluso la estés pensando ahora mismo). Lo cierto es que, si bien es verdad que las salas de yoga están llenas de mujeres (lo cual, bien pensado, puede ser un pequeño aliciente), te sorprenderá saber que en sus inicios era una disciplina cuya práctica se reservaba en exclusiva a los hombres. Machismos aparte, si lo que te preocupa es que sea excesivamente ‘suave’, debes saber que el yoga puede llegar a ser muy exigente físicamente: todo depende del estilo que elijas (si buscas un cuerpo realmente atlético, te recomendamos el ashtanga, muy potente, o el bikram, que se practica en una sala a 40º de temperatura) y, por supuesto, de tu compromiso. Además, el yoga tiene inmensos beneficios para la salud, entre los que destacan el aumento de la flexibilidad, la calma y la concentración y (sorpresa) tu rendimiento y energía sexual. ¿Te atreves a probar?
2. Surf: dame un océano
Desde siempre el mar ha ejercido una fascinación especial sobre el hombre. Hoy, más que nunca, pegados como estamos a una pantalla la mitad de nuestra vida, anhelamos ese contacto con la sustancia líquida por excelencia. Subirse a una tabla de surf a surcar las olas no sólo es beneficioso para el cuerpo físico (mejora tu equilibrio, la musculatura de brazos y piernas y la salud de tu espalda, entre otros), también es terapeútico y liberador. Si vives lejos del mar, no tienes excusa, haz un hueco en tu agenda para ti (que te lo está pidiendo a gritos) y lánzate.
3. Natación: mucho más que una espalda fuerte
Otro de nuestros deportes favoritos para escapar del gimnasio es, sin duda, la natación, uno de los más completos que existen. Sumar largos y más largos puede parecer tedioso (y puede que para algunos lo sea), pero resulta tonificante y liberador. El contacto con el agua te refrescará la mente y, cuando dejes la piscina, te sentirás totalmente renovado y fortalecido. Nadar es el deporte perfecto para quienes, por otra parte, desean muscular la espalda y los brazos, dos zonas clave de nuestra anatomía. Ah, y si tienes miedo a aburrirte, prueba a hacerlo con un mp3 acuático con una selección de tu música favorita: gozarás.
4. Boxeo: suelta la rabia que llevas dentro
Si en tu día a día sufres de un estrés acusado y a ti eso de meditar y ‘ponerse zen’ no te va, quizás el boxeo sea la opción que estabas buscando. El boxeo no sólo puede ayudarte a liberar esa rabia que, a cuenta gotas, se te va acumulando en el estómago y que puede acabar provocándote problemas de salud si no le abres enseguida una vía de escape. Entre sus muchos beneficios se encuentran el fortalecimiento de tu sistema cardiovascular, la autodisciplina o el aumento de la concentración y los reflejos. Sobra decir que practicar boxeo no implica necesariamente subirse a un ring a que te saquen las muelas: como en todos los deportes, la intensidad la pones tú. Hay quienes prefieren evitar el combate y centrarse en la técnica. Busca un gimnasio que ofrezca lo que te pide el cuerpo y libérate ya.
5. Artes marciales: puñetazos con estilo
Seguramente te sorprenderá saber que el boxeo se considera un arte marcial. Pero si tú buscas algo, por decirlo así, ‘con más estilo’ quizás te interese explorar otras disciplinas de las muchas clasificadas bajo esta etiqueta como el kárate, el judo, la esgrima, el Muay Tai o el Kick Boxing (considerados, estos últimos, especialmente exigentes). Y es que, las artes marciales se distinguen de la pura belicosidad o la violencia física en el empleo de complejas técnicas de combate perfeccionadas a lo largo de los siglos. Cualquiera de ellas te servirá para potenciar facultades como la velocidad, la potencia, el equilibrio o la coordinación. Además, como ocurría con el Yoga, las artes marciales son la opción idónea para quienes buscan ejercitar la mente paralelamente al resto del cuerpo.
6. Rugby: ese gran desconocido
El rugby es uno de los deportes más populares del mundo, y uno de los más exigentes. Sus beneficios son infinitos, empezando por la mejora de tu salud cardiovascular y siguiendo con el desarrollo de habilidades básicas para el hombre de hoy, como la capacidad de liderazgo, la toma de decisiones o el trabajo en equipo.
7. Escalada: el desafío vertical
Que el hombre necesita reconectar con la naturaleza es mucho más que un cliché: sencillamente, nos lo pide el cuerpo. En ese sentido, no hay deporte más estimulante que la escalada. Escalando desarrollarás un cuerpo con una musculatura perfecta, proporcional a tu talla y peso y, lo más importante, una mente a prueba de cualquier desafío que te presente la vida. Y es que la escalada es, ante todo, un deporte de superación y persistencia que te ayudará a llevar estas habilidades del plano vertical (el muro, implacable, imperturbable) al plano horizontal (tu día a día). Te lo prometemos: cuando vuelvas a pisar tierra después de un buen ascenso, todo te parecerá infinitamente más sencillo.
8. CrossFit
Quizás tú también tienes uno de esos amigos odiosos que, últimamente, ha dejado de lado las conversaciones sobre cine, música (y mujeres) para darte unas soporíferas ‘charlas’ sobre su última gran revelación: el Crossfit. Aunque te comprendemos, tenemos que decirte que tu amigo tiene buenos motivos para estar entusiasmado. El Crossfit es una técnica de entrenamiento que combina ejercicios fundamentales muy variados (inspirados en disciplinas como la halterofilia, el atletismo o la gimnasia) ejecutados sin pausa y a una altísima intensidad. La diferencia con respecto al entrenamiento típico ‘de gimnasio’ radica en que aquí no se utilizan máquinas: tan sólo el propio cuerpo y algunos ‘accesorios’ entre los que destacan las pesas. El Crossfit trabaja la musculatura, la fuerza, la flexibilidad, la velocidad o la agilidad.
9. Snowboarding: simplemente, respira
Otro deporte perfecto para los amantes del contacto directo con la naturaleza es el snowboarding. Para empezar, la ejercitación del cuerpo en un entorno de alta montaña beneficia a nuestro sistema respiratorio, otorgándonos una mayor capacidad pulmonar (no hace falta mencionar que la calidad del oxígeno en estas alturas es muchísimo más pura). Además, el snowboarding es muy beneficioso para la salud del corazón, mejora nuestra flexibilidad y proporciona beneficios psicológicos entre los que se cuentan la consciencia del propio cuerpo (te ayudará a corregir tu postura) y la autoestima.
10. Running / ‘salir a correr': tan simple, tan extraordinario
El ‘salir a correr’ de toda la vida ahora se llama running. El caso es que ahora todo el mundo quiere hacer running, y no nos extraña nada. Correr es el deporte más económico que existe (a no ser que sucumbas a los cantos de sirena de la industria deportiva y te conviertas en un ‘hombre gadget‘) y uno de los más placenteros. Pocas cosas se pueden comparar a ese ‘subidón’ de endorfinas que nos hace sentir todopoderosos y, por encima de todo, vivos.
¿Odias el gimnasio? Ahora ya no tienes excusa para no practicar deporte.